Las críticas a una película como 'Batman 3' se reducen a dos bandos claramente identificables: el del lameculismo y el del trolleo. Lameculos, los críticos de los medios de masas que no pueden poner una crítica negativa que les ensuciaría el negocio; trolls, los blogueros oportunistas que saben que solo serán tenidos en cuenta si llaman la atención rajando de la película que todo el mundo espera.
Considero las dos primeras entregas de la franquicia Batman como estupendos blockbusters, títulos que no solo se reducen al típico "bueno contra malo". Tienen algo que contar y Nolan sabe cómo hacerlo. Mi principal problema con ellas es que me carga bastante que un tipo vestido de murciélago pretenda dar lecciones de filosofía.