Julieta

Después del estrepitoso fiasco, tanto de crítica como de público, de 'Los amantes pasajeros' el regreso de Almodóvar es una apuesta a lo seguro, a la contención y el dramatismo característico de la etapa más reciente en su filmografía, desde la consagración internacional con 'Todo sobre mi madre'.

Un mismo personaje y dos actrices: Emma Suárez y Adriana Ugarte. Historia de madres e hijas típica en la trayectoria del cineasta manchego que en esta ocasión evita cualquier exceso y excentricidad que pueda recaer en su contra y lleva al límite el melodrama que toma como referencia al cine estadounidense de los años 50. Tanta precaución toma Almodóvar en su película que no escatima en practicar la elipsis y cortar la escena cada vez que observa un atisbo de peligrosidad. Cuenta con la excusa de ofrecer esta vez una historia despedazada cronológicamente con continuos saltos en el marco temporal y hay que reconocer que el resultado funciona, pero quizá no atraverse a la sublimación la aleje de la perfección.

Adriana Ugarte es el alma de la película, sostiene el armazón central de la trama y se complementa con la versión madura de Julieta, que encarna Emma Suárez. Una actriz de mayor recorrido y credenciales que en esta ocasión es cuestionable que no sólo supere a su compañera sino que hasta se ponga al mismo nivel. Y es que la película no termina de arrancar hasta que recurre al flashback y que una vez que regresa a un punto cercano al de partida para trazar un desenlace ya nos tiene atrapados en la historia; pero eso ha sido porque Ugarte nos ha conquistado. También es bastante destacable el trabajo de Daniel Grao e Inma Cuesta, aunque esta última cuenta con pocas escenas a pesar del peso de su personaje en la historia, y la participación de Rossy de Palma, toda una auténtica robaescenas.

En conjunto, una de las mejores películas de la trayectoria de Almodóvar, de maduración lenta y que el tiempo terminará por decir qué lugar ocupa en su amplia y estupenda trayectoria. No se la pierdan.