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martes, 27 de octubre de 2015

La cumbre escarlata

Proyecto esperado durante años por los fans del director mexicano Guillermo del Toro, por fin llega a nuestras pantallas este cuento gótico de apasionado romanticismo en la que no faltan los fantasmas y la imaginería que tanto caracterizan al realizador de obras tan deslumbrantes como 'El laberinto del fauno'.

Protagonizada por Mia Wasikowska como una joven adinerada que tras la muerte de su padre descubre que el castillo al que se muda junto a su nuevo marido, un excelente Tom Hiddleston en un enigmático personaje que inicialmente iba a interpretar el demandado Benedict Cumberbatch, esconde muerte y sangre bajo sus ladrillos. Completa el reparto la siempre cautivadora Jessica Chastain, aquí como la hermana entrometida, un papel mucho más oscuro al que nos tiene acostumbrados.



Presupuestada en unos moderados 55 millones de dólares, su preproducción como comentábamos estuvo llena de sobresaltos. Así, Del Toro, tras escribir el guión en 2006 se embarcó en el proyecto de 'El hobbit' para luego abandonarlo y embarcarse con Legendary en un gran blockbuster como 'Pacific Rim', película muy reivindicable dentro de la chatarra hollywoodiense que, sin embargo, fracasó estrepitosamente en taquilla. Ahora, retoma con Legendary Pictures una cinta que el propio director ha definido como "una clásica pero a la vez moderna historia de fantasmas". De hecho, no oculta la influencia de directores como Alfred Hitchcock o Stanley Kubrick y clásicos del género como 'The haunting' y 'Suspense'.

Visualmente espectacular y con una dirección artística que invita a la sugestión, 'La cumbre escarlata' se inicia con unos sólidos cimientos con todos los elementos clave para conseguir un clásico. El misterio no se aleja de un universo reconocible pero la intriga se mantiene con solvencia hasta bien llegado el tramo final, donde no se muestran las cartas ganadoras. Los fantasmas terminan mostrándose más de un modo corpóreo que psicológico. Una lástima, quizá los revisionados le den lustre una vez conocidos sus defectos.




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