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lunes, 13 de septiembre de 2010

La conversación

La Conversion es una película dirigida en 1974 por Francis Ford Coppola. Un filme a tener en cuenta ya de antemano pues se rodó en medias de los dos Padrinos, con un Coppola en estado de gracia, que se llevó la palma de Oro del Festival de Cannes- la primera del director, años después repitiría con Apocalypse Now-.

Harry Caul (Gene Hackman), es un detective, un espía, que trabaja generalmente por su cuenta, reconocido en el sector por sus artes en vigilancia y su dominio en gravaciones indiscretas. El trabajo ha convertido a Harry en un ser solitario, introvertido, desconfiado, taciturno, convirtiendo la mentira en un modo de vida y afectando a sus relaciones personales. El film nos adentra en uno de sus encargos, el de un empresario que sospecha de la infidelidad de su mujer. La investigación traerá consecuencias para Caul cuando se involucre personalmente en ella y se cuestione la utilidad de su trabajo y el resultado que conlleva el mismo.

Si es importante un prólogo, un inicio contundente para sumergirnos en una trama, La conversación es un buen representante de esta premisa. Se inicia con un largo y pausado plano picado en una plaza en la que se encuentra la mujer y el amante del magnate que contrata a Caul y nos inmiscuye de lleno en el proceso de investigación de su equipo. Aquí, como comento, es destacable que Coppola nos meta en el fregao ya desde el minuto uno, no hay tiempo para presentaciones, queda claro a lo que se dedica el protagonista y el tema central de la película.
Luego inteligentemente pone el ojo en el aspecto personal del personaje de Gene Hackman, quizá cojee cuando este se centre más en sus implicaciones en la trama y no siga por otros derroteros de su vida privada. En todo caso, la psicología del personaje, ya sea fuera o dentro de su vida laboral, es un aspecto importante en la película.

La tensión y la intriga se mantiene durante todo el metraje, la estructura es muy acertada y el montaje ayuda a mantener el interés. La banda sonora minimalista, pero caracteristica y reconocible, también contribuye a ello. Los actores cumplen con brillantez, desde Gene Hackman en un papel protagónico total, plasma perfectamente su labor y su expresividad encaja con la personalidad de este espía hasta los atinados secundarios, como John Cazale o la agradable presencia de un jovencísimo Harrison Ford en uno de sus primeros papeles. También podemos disfrutar de la participación de un Robert Duvall en un corto papel pero vital en la trama.

En resumen, film de espías, de mentiras, de traiciones. De realización impoluta y con especial hincapié en las consecuencias del trabajo de espionaje y sus implicaciones. Una buena peli a recomendar.

NOTA FINAL: 8,5 (SOBRE 10)

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