'Tigre y dragón' es una película de artes marciales del año 2000
rodada en China que alcanzó un incontestable éxito global. Con un
presupuesto de unos escasos 17 millones de dólares, recaudó más de 200
millones en todo el mundo, buena parte de ellos provenientes del mercado
americano a pesar de haber sido rodada en mandarín y con actores locales.
Aceptación del público estadounidense que también compartió la Academia
de Hollywood al nominarla a un total de 10 categorías en los Oscar,
incluyendo mejor película y director, resultando finalmente ganadora de 4
estatuillas: mejor película de habla no inglesa, dirección artística,
fotografía y banda sonora.
El argumento sigue a Li Mu Bai (Yun Fat-Chow),
un legendario experto en artes marciales que ha decidido legar su
maravillosa espada mágica. Este guerrero está enamorado de su compañera
Yu Shu Lien (Michelle Yeoh),
sin embargo, ambos han sentido que no pueden expresar sus sentimientos
ya que en el pasado ella fue la prometida de su maestro, muerto a manos
de la despiadada Zorra de Jade. Li Mu Bai juró vengar el trágico asesinato, una oportunidad que se le presenta cuando Jen (Zhang Yiyi), una joven aristócrata que anhela vivir aventuras pero está a punto de casarse, puede ser la responsable del robo de la espada.
La película toma la tradición wuxia, algo así como una analogía de los samurais japoneses, caballeros de las artes marciales en relatos que reunen acción, aventuras, romance y artes marciales dentro de la China antigua. En muchas ocasiones, los elementos fantásticos cobran gran importancia en la historia. En el caso de 'Tigre y Dragón', las habilidades de esos guerreros les permiten saltar por los tejados y muros moviéndose con una facilidad sobrehumana debido a los conocimientos transmitidos en la montaña Wudang.
Una espectacularidad cuyo éxito de audiencia posibilitó la aparición de películas de corte similar en posteriores años: tanto los 'Hero' y 'La casa de las dagas voladoras' de Zhang Yimou, pasando por 'El monje' y 'Ong Bak', y terminando por el díptico 'Kill Bill' de Quentin Tarantino, 'El último samurai' o 'Zatoichi', siempre salvando las distancias.
Y es que en definitiva, 'Tigre y Dragón' es una obra clave dentro de la evolución reciente del cine de artes marciales.
Si de algo de presumir la película de Ang Lee es haber sido impulsora
de este fenómeno y de conectar con la audiencia occidental no sólo con
peleas, también con pasionales tramas amorosas. Y a pesar de que me
fascina ese comedimiento con los sentimientos de los dos protagonistas,
servidor se queda con ese visceral enamoramiento entre Jen y el
bandolero, un fragmento con ecos de western que termina adquiriendo
entidad propia en la película.
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